La monitorización rutinaria de dicha Unidad incluye patrón y frecuencia respiratorios, ECG, presión arterial, temperatura, oximetría del pulso, diuresis y balance hidroelectrolítico. En presencia de patología previa importante y/o cirugía agresiva, se realizan controles más invasivos como presión arterial directa, diuresis horaria, PVC y/o PCP.
Se hace especial hincapié en el control de la hipotermia y los temblores. Los pacientes post-quirúrgicos se hallan sometidos a un riesgo de hipotermia debido a su exposición en quirófano a temperaturas bajas, a intervenciones con abdomen y/o tórax abiertos, a la infusión de líquidos y/ o transfusiones hemáticas, al lavado con soluciones desinfectantes frias y a la anestesia. Este control se lleva a cabo con mantas térmicas humidificadores calentados y/o pequeñas dosis de dolantina endovenosa.
El control analítico básico de ingreso incluye hemograma, coagulación, función renal, ionograma, glucemia y generalmente gasometría arterial.
Controles individualizados:
Posteriormente se individualizan los controles a seguir, como por ejemplo:
- En la diabetes mellitus, se controla la glucemia cada hora ajustando la terapia, ya sea con insulina subcutánea o endovenosa en perfusión continua, a las cifras de aquella.
- El control de la natremia se realiza sistemáticamente tras técnicas en las que puede haber reabsorción hídrica importante (histeroscopia, resecciones transuretrales) o aparecer un síndrome de SIADH (neurocirugía hipofisaria).
- El control de la calcemia se practica siempre tras la cirugía de tiroides/paratiroides
- El control de la magnasemia y de los reflejos osteotendinosos se practican de forma rutinaria cada 12/24h en las pacientes bajo tratamiento con sulfato de magnesio (Preeclampsia/Eclampsia).
En cuanto a las terapias prescritas, la profilaxis antitrombótica, antiemética y antibiótica se aplica siempre que la condición del paciente y/o la cirugía a que ha sido sometido así lo aconsejen. El dolor postoperatorio se trata de manera agresiva de acuerdo a los protocolos asistenciales del Departamento; en numerosas ocasiones este tratamiento se inicia ya en quirófano por medio de catéteres epidurales, plexuales o periféricos colocados antes de la intervención.
El balance hidroelectrolítico y la volemia se controlan de manera rigurosa mediante exploración física y analíticas seriadas; en general, sólo se trasfunden los pacientes con Hb ≤ 7 gr/dl y/o inestabilidad hemodinámica atribuible a la hipovolemia.
La fisioterapia respiratoria precoz es crucial para evitar complicaciones pulmonares postoperatorias, como atelectasias, neumonías e hipoxemia y se prescribe rutinariamente en pacientes de riesgo (EPOC, Obesos, Fumadores, SAOS) y/o tras laparotomías de abdomen superior o toracotomías.
Por último, si la condición del paciente y/o la naturaleza de la intervención así lo aconsejan, se instaura una nutrición parenteral precoz con las calorías y gramos de nitrógeno adecuados a cada caso.